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La época de las fresas es una de las más bonitas del año. El aroma de las deliciosas bayas está en el aire y nos cautiva a todos. Como la temporada de fresas sólo dura de mayo a julio, apetece disfrutar aún más de las preciadas fresas con los seres queridos. Las fresas son especialmente populares entre los niños. Así que surge la pregunta de si las fresas también son buenas para los bebés y los niños pequeños. ¿Cuántas fresas puede comer un niño pequeño? ¿Están relacionadas las fresas con el dolor de barriga? En esta guía respondemos a éstas y otras muchas preguntas.
¿Puede mi bebé comer fresas?
Sí, los bebés pueden comer fresas. Incluso es recomendable porque contienen nutrientes valiosos para el desarrollo sano de tu hijo. Básicamente, se recomienda empezar con las fresas en la edad de la alimentación complementaria. Alrededor de los 6 meses, lo ideal es dárselas enteras o en mitades más grandes. A partir de los 9 meses, puedes trocearlas y cortarlas en dados, lo que ayudará a tu bebé a practicar la motricidad fina al agarrarlas: ¡ganamos!
¿Son buenas las fresas para el bebé?
Las fresas están llenas de vitaminas y minerales. Un buen puñado de fresas (100 g) contiene 57 mg de vitamina C. Una vitamina vital que protege contra las enfermedades cardiovasculares, refuerza el sistema inmunitario, elimina y neutraliza los radicales libres, fortalece el tejido conjuntivo, protege los vasos sanguíneos, contribuye a la formación saludable de dientes y huesos, mejora la absorción del calcio y el hierro, ¡y mucho más!
Las necesidades diarias de vitamina C para lactantes y niños menores de 4 años son de 20 mg al día. Las mujeres adultas necesitan 95 mg, las embarazadas 105 mg al día y las madres lactantes 125 mg al día.
Además de mucha vitamina C, las fresas también contienen potasio, calcio, magnesio, ácido fólico, fibra y vitaminas del grupo B. Por lo tanto, forman parte de una dieta sana y equilibrada. Por tanto, forman parte de una dieta sana y equilibrada. ¡Un superalimento local!
Las fresas ecológicas son las mejores, ya que tienen un mayor contenido en nutrientes (por ejemplo, en compuestos vegetales secundarios como los antioxidantes) y al mismo tiempo contienen menos contaminantes. Las fresas convencionales suelen estar muy contaminadas con pesticidas. Especialmente las que se ofrecen fuera de temporada, ya que son tratadas más intensamente con pesticidas debido a las largas rutas de transporte. Por eso, prefiera siempre las fresas regionales y compre ecológicas siempre que sea posible.
Como las fresas están compuestas por un 90% de agua, también son ideales en verano para cubrir las necesidades diarias de agua de una forma deliciosa.
¿Cuántas fresas puede comer mi bebé?
Como las fresas son bastante ácidas, conviene empezar con pequeñas cantidades y ver cómo reacciona el bebé. Evita darle grandes cantidades de fresas de una vez. Sobre todo cuando el bebé come fresas por primera vez, las reacciones alérgicas no son infrecuentes, ya que su sistema digestivo tiene que acostumbrarse al nuevo alimento. Una reacción leve no indica necesariamente una alergia, sino que puede tratarse simplemente de una intolerancia (temporal). En este caso, dale un breve descanso de fresas. Asegúrate de darle siempre fresas lavadas, porque los residuos de pesticidas y plaguicidas también pueden provocar reacciones cutáneas o intolerancias.
¿Las fresas provocan irritaciones en el culito de los bebés?
Las irritaciones de culito pueden deberse a muchos factores. Sobre todo al empezar a tomar alimentos complementarios, es frecuente que aparezcan irritaciones en el culito. El sistema digestivo tiene que adaptarse al nuevo alimento, lo que puede provocar diarreas con más frecuencia. Las fresas en sí no son la causa directa de los dolores de culito. Sí lo es su alto contenido en ácidos. A pesar de su sabor dulce, las fresas contienen muchos ácidos diferentes, la mayoría de los cuales son ácido cítrico.
Hay unos 870 mg de ácido cítrico en 100 g de fresas, lo que se acerca al contenido de ácido cítrico de un pomelo.
Los alimentos ácidos pueden producir orina y heces ácidas, lo que no es muy agradable para el tierno culito del bebé. La barrera cutánea se daña y, por tanto, puede inflamarse y doler. Sin embargo, la fruta ácida no debe evitarse por este motivo, ya que el tracto digestivo del lactante aún se está desarrollando y, por tanto, con el tiempo desarrollará la capacidad de digerir la fruta ácida sin problemas.
Los ácidos tampoco son malos per se. Por ejemplo, las fresas contienen mucho ácido ascórbico, también conocido como vitamina C. La vitamina C, como ya se ha dicho, es vital para la salud. También es importante señalar que, aunque las fresas se consideran "ácidas", pertenecen categóricamente a los alimentos "alcalinos". Aquí se distingue entre alimentos alcalinos y ácidos, pero no en función de su acidez real, sino de su valor de pH. Un equilibrio ácido-base equilibrado es esencial para un organismo sano.
Consejos para bebés con estómagos sensibles
- Los bebés y niños pequeños con estómagos sensibles deben preferir comer frutas con un bajo contenido en ácidos, por ejemplo, peras.
- Si aun así quieres ofrecer a tu bebé otras frutas, puedes cocerlas ligeramente al vapor, ya que el ácido de la fruta se disuelve parcialmente en el agua de cocción y se elimina durante la cocción. Esto hace que la fruta sea más digerible. A largo plazo, sin embargo, debe consumirse cruda para que no se pierdan los valiosos nutrientes sensibles al calor.
- Cuanto más madura está la fruta, menos ácido contiene, porque durante el proceso de maduración se forma más fructosa y se neutraliza el ácido. Por tanto, deja madurar la fruta unos días a temperatura ambiente antes de dársela a tu bebé.
- Lava siempre la fruta antes de comerla y elige fruta ecológica siempre que sea posible para evitar irritantes.
¿Fresas durante el embarazo?
Las fresas contienen mucho ácido fólico, que es especialmente bueno para las mujeres embarazadas. El ácido fólico tiene un efecto hematopoyético, favorece la reproducción del material genético, previene malformaciones en el embrión y favorece el crecimiento de la placenta. Por lo tanto, ¡las fresas son muy recomendables durante el embarazo!
Conclusión
Las fresas están llenas de nutrientes valiosos para el desarrollo sano de tu bebé, pero deben consumirse con precaución, sobre todo al principio. Debido a su elevada acidez, las fresas pueden causar dolor de culito si la digestión de tu bebé aún no está adaptada a los ácidos o si se conocen alergias. Así que prueba despacio y comparte la alegría y los beneficios de las deliciosas bayas, ¡incluso durante el embarazo!